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TARJETA  EPISTOLAR  (LETTER  CARD)  1ª   SERIE   1883

U R U G U A Y

César Jones A.H.F.

 La primera emisión de sellos postales en la República Oriental del Uruguay  se produjo en 1856, mientras que la primera emisión de enteros postales se hizo diez años después, con los sobres –en distintos tamaños- con viñeta ovalada del tipo "cifras" de 5 y 10 centécimos –error gramatical ya que debió leerse "centésimos"-, en color azul y verde, respectivamente.

 Desde 1866 hasta el fin de siglo XIX, el correo uruguayo emitió una gran cantidad de enteros postales con viñetas en las que se apreciaba claramente el valor de franqueo: sobres, tarjetas –la primera se denominó "TARJETA UNIÓN POSTAL UNIVERSAL / 1ª Serie –1880" de 2 centésimos-, fajas postales –a partir de 1879 con la emisión de 1 centésimo- y finalmente, las tarjetas epistolares.

 Pero vayamos al tema elegido: las primeras tarjetas epistolares uruguayas "1ª SERIE" de 1883 , 3 centésimos, que entraron en circulación el 1º de marzo de 1883. Las tarjetas no llevan impreso el nombre de la imprenta. Los avisos oficiales no dicen nada al respecto y este no es el único misterio que encontramos los coleccionistas filatélicos.

 El catálogo Ciardi, en la sección correspondiente a los enteros postales efectuado por Carlos Hernández Rocha, establece que las primeras tarjetas epistolares fueron realizadas por la firma A. Godel y Cía. La colección especializada de enteros postales exhibida en la Exposición Mundial de Filatelia "Australia 1999" por  Juan Carlos Mira –colección que había pertenecido antes a Fausto Díaz Paulós- afirmaba que estas primeras tarjetas epistolares tuvieron como impresor a M. Peña, Montevideo.

FIGURA No. 1

 El "Aviso" oficial publicado en la prensa de entonces –que reproducimos acompañando este artículo, FIGURA No. 1 - decía textualmente:

"Por disposición de la Dirección General, el 1.o del entrante se pondrá en circulación una emisión de tarjetas epistolares 1.a serie, de valor de tres centésimos, con el busto de la Libertad, impresas en tinta rosa.

Estas tarjetas pueden dirigirse al exterior de la República, completándose previamente el franqueo según la tarifa respectiva como carta ordinaria.- Montevideo, Febrero 28 de 1883.

El Oficial 1.o"

En la página 128 de "El Correo del Uruguay", Isidoro de María escribió: "la cabeza de Minerva (y no el busto de la Libertad, como equivocadamente se anunció en el aviso publicado por los diarios de la capital)"

Emilio Peláez Castello ("Boletín Informativo de A.C.F.U., Asociación de Cronistas Filatélicos del Uruguay", dirigido por el filatelista citado, correpondiente a Montevideo, junio de 1983, No 1) comentaba que "la innovación que significaban las tarjetas epistolares fue acogida con beneplácito por la prensa. En el diario"El Ferro Carril" del 31 de enero de 1883 leemos el siguiente suelto:

""TARJETAS EPISTOLARES.- El nuevo administrador de Correos va a introducir un nuevo medio de correspondencia que viene a sustituir a las tarjetas postales  que no dejaban de ser inconvenientes, pues los empleados o estafeteros se podían enterar del contenido de las mismas.

""Las tarjetas epistolares que son la innovación a que nos referimos forman un sobre abierto en cuyo interior se escribe y se cierra después como los sobres comunes para ponerle la dirección. Costarán 3 centésimos.""

Según "Le Timbre Poste" –citado por el Dr. Wonner ("Les timbres de la Republique Orientale de l´Uruguay, páginas 53-54)- para el diseño de las primeras tarjetas epistolares uruguayas se "tomó como modelo la tarjeta epistolar de Bélgica cuando los periódicos la criticaron aquí." Las tarjetas de Bélgica  mencionadas son las emitidas en 1882, de 10c rosa sobre verde con el sello Yvert No. 30, que en su viñeta presenta la esfinge de Leopoldo II.

Continuando con la descripción de las tarjetas epistolares 1ª Serie de Uruguay, Emilio Peláez Castello afirma que fueron impresas sobre cartulina blanca en tinta de color carmín (viñeta y leyendas) sobre fondo beige-gris, mientras que el catálogo internacional Higgins & Gage establece "red or carmine on grayish white".  Por su parte, Alcides Caorsi en sus fichas inéditas, Tarjeta No. 9, -a las que el autor tuvo acceso gracias a la gentileza del colega filatelista Carlos Hernández Rocha- dice que fueron impresas sobre cartulina fina amarillenta.

Estas primeras tarjetas epistolares fueron desmonetizadas el 13 de febrero de 1884, noventa días después de ponerse en circulación las tarjetas epistolares de la 2ª. Serie 1883.

 Peláez Castello relataba en su artículo que en su colección había una tarjeta con matasellos de imposición en el correo, con matasellos de fecha 16 X 1884.

El formato de estas tarjetas desplegadas es de 158mm por 114 a 116mm., mientras  que las dimensiones internas –entre dentados, en los cuatro lados: - es de 145-6mm por 104mm. Una de las tarjetas epistolares exhibidas en la colección de Rita Susana Grinberg tiene un largo externo de tan solo 152mm. Al dorso y sobre la imagen más clara –que permite ver el verdadero color de la cartulina- del Escudo Nacional de entonces, se lee, coincidentemente con el aviso postal: "Para el exterior se agregaran al timbre de esta tarjeta los necesarios para completar el franqueo de la convención." Por tanto, queda claro que tal como las tarjetas se presentaban, eran válidas para uso interno dentro de la República Oriental del Uruguay.

De la gran cantidad de tarjetas que pasaron frente al autor de este artículo, se puede deducir que fueron utilizadas profusamente, dentro del período de vigencia de las mismas, fundamentalmente desde el interior del país a la capital.

La colección de enteros postales de Rita Susana Grinberg exhibía (Bangkok 1993, Singapore 1995, medalla de gran vermeil en ambas): a) una tarjeta epistolar circulada desde Paysandú el 6/2/1884, recepcionada con un matasellos fechador doble círculo de Montevideo, el 8 de ese mismo mes y año (Figura No. 2); b) una expedida en Canelones el 15/5/1883; c) una expedida en San Carlos, Depto de Maldonado, el 8/9/1883, y d) otra expedida en Florida el 11/12/1883, las últimas tres recepcionadas en la capital con la marca postal especial "Listas"

Figura No. 2

La colección de enteros postales de Enrique Martín de Bustamante exhibía una tarjeta expedida en Tala, Departamento de Canelones, el 22 de noviembre de 1883, matasellada en Canelones el día 23 y con una marca postal rectangular de esquinas redondeadas "TRANSITO / CANELONES" (Figura No. 3).

Figura No. 3

  De una colección de enteros postales uruguayos que hasta el año 2004 se ubicaba en Venezuela,  que poseía interesantes piezas –aunque despareja en cuanto al material de las distintas secciones- y que tuvimos la intención de adquirirla (aunque no coincidimos vendedor y adquirente en su precio), vimos una Tarjeta Epistolar 1ª Serie de 1883 impuesta en el correo de la ciudad de Paysandú el 18 de setiembre de 1883, muy similar a la exhibida en la Figura No. 2, dirigida también a Montevideo.

 Mucho más raras son estas tarjetas epistolares dirigidas al exterior del País, exhibiendo Rita Susana Grinberg una impuesta en el correo montevideano el 9/3/1883 dirigida a Sachsen, Alemania, recepcionada en Meerane el 20 de abril, la que circuló sin las estampillas adicionales y por tanto fue tasada (Figura No. 4).

Figura No. 4

La colección "Uruguay Postal Stationery 1866-1946 "(medalla nacional australiana de oro) perteneciente a Edric Druce exhibió una tarjeta epistolar impuesta en una sucursal montevideana el 27/11/1883, dirigida a Sachsen también, que porta un sello complementario de 7 centésimos (Figura No. 5)

Figura No. 5

La colección especializada de Juan Carlos Mira, en la oportunidad citada, exhibía un ensayo de la viñeta en color negro, siendo la única conocida por el autor de este artículo. Por su parte la colección de Rita Susana Grinberg exhibía una tarjeta epistolar sin el dentado horizontal superior, como asimismo otra con un doble dentado horizontal superior (Figura No. 6). La impresión en color carmín o rosa es muy tenue, y varios ejemplares permiten ver un muy fino ornamento agregado a las letras T y E (de "Tarjeta Epistolar") que en otros ejemplares están prácticamente ausentes. Asimismo en algunas tarjetas no se ven los trazos finos de "Sr. D" y hay letras del aviso entrecortadas. En algunas ocasiones se aprecia la ausencia de márgenes laterales de la viñeta, como asimismo varios otros trazos ausentes.

Figura No. 6

Vayamos ahora, a considerar las valoraciones económicas o de grados de rareza de aquellos que se hayan atrevido a intentar establecerlas, respecto de la Tarjeta Epistolar uruguaya, 1ª  Serie de 1883.

 El "Catálogo Especializado de los Sellos del Uruguay, Ciardi" de 2006, establece el siguiente valor: 250 para las tarjetas nuevas, y sólo 200 para las tarjetas usadas.

 Por supuesto que esta valoración no toma en cuenta variedades de importancia, o si la tarjeta puede ser portadora de una importante variedad y que además, tenga una circulación por ejemplo, a un destino muy raro, o con dificultades de encaminamiento, tasación de franqueos o ubicación de los destinatarios.

 Recuerdo de mi experiencia personal en la búsqueda de material para mi propia colección de enteros postales uruguayos, muchísimos años atrás, de haberme encontrado en el estudio filatélico de los hermanos Soto –reconocidos comerciantes filatélicos en el mundo entero- con cajas y cajas llenas de enteros nuevos de todas las clases, es decir no circulados, y que se ofrecían a la venta como muy baratos, y para los cuales no habían circunstancialmente clientes.

 Por tanto considero que esa diferencia de valoración es totalmente circunstancial, y personalmente, me atrevería a aseverar que las Tarjetas epistolares que nos ocupan, circuladas al exterior con franqueo complementario –como lo establecían los reglamentos de la época- son inmensamente más raras, más valiosas. Me atrevería a pensar que en algún cajón filatélico aún no ubicado, pueden estar "descansando" estos enteros no circulados, que por consiguiente no entraron en el mercado.

  El viejo Catálogo Mundial de Enteros Postales de Higgins & Gage por su parte, en la sección "Uruguay" y con relación a las Tarjetas Epistolares  uruguayas, 1ª Serie de 1883, establece un valor de tan solo 0,50 para las nuevas o no circuladas, y 7,50 para las circuladas.

 Aquí correspondería hacer nuevamente un razonamiento parecido al que hacíamos antes, pero solamente nos limitaremos a expresar que consideramos totalmente desubicados estos valores con la realidad que siempre hemos constatado en el mercado filatélico internacional, al que tuvimos la oportunidad de visitar en los últimos cincuenta años.